Estrategias para argumentar durante un debate
La tesis o moción principal es el enunciado que expresa el punto de vista que se quiere defender o refutar en el debate. Debe ser clara, concreta, breve y sencilla, evitando el uso de términos ambiguos o confusos. Debe definir la posición del equipo frente al tema del debate, es decir, si está a favor o en contra.
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Ahora bien, para defender la tesis, cada grupo debe presentar la siguiente información:
- Los argumentos: son las razones o pruebas que se utilizan para sustentar la tesis o moción principal. Deben ser coherentes, lógicos y relevantes para el tema del debate. Deben estar organizados de forma estructurada, siguiendo un orden cronológico, causal o temático. Deben emplear conectores, introducciones y conclusiones para facilitar la comprensión del público y del jurado.
- Las evidencias: son los hechos, datos, estadísticas, ejemplos, testimonios, citas o referencias que se usan para apoyar los argumentos. Deben ser veraces, actuales y pertinentes para el tema del debate. Deben estar correctamente citadas y referenciadas, siguiendo las normas académicas correspondientes.
- La refutación: es la capacidad de rebatir los argumentos contrarios, anticipando las posibles objeciones, respondiendo a las interpelaciones y mostrando las debilidades o falacias de la postura opuesta. Debe ser respetuosa, asertiva y constructiva, evitando los ataques personales o las descalificaciones.
- La presentación: es el uso adecuado de los elementos paralingüísticos (gestos, contacto visual, tono de voz, entusiasmo) y no verbales (postura, movimientos, expresión facial) que contribuyen a mantener la atención del público y a transmitir confianza y seguridad. También es el uso correcto y apropiado del lenguaje formal y asertivo, evitando el empleo de muletillas, vulgarismos o insultos.
Cómo saber si la fuente consultada es fiable:
Las fuentes más confiables para sustentar los argumentos son aquellas que cumplen con los criterios de calidad y fiabilidad de la información, tales como:
- La relevancia: la información debe ser pertinente y adecuada para el tema de trabajo, respondiendo a las necesidades de información del usuario.
- La naturaleza: la información debe tener un carácter objetivo, verificable y basado en evidencias, evitando la subjetividad, el sesgo o la manipulación.
- La autoridad: la información debe provenir de fuentes reconocidas y acreditadas en la materia, que cuenten con las credenciales y la experiencia necesarias para ofrecer información válida y confiable.
- La actualización: la información debe estar al día y reflejar los avances y las novedades en el campo de estudio, indicando la fecha de publicación o de revisión.
- El nivel de especialización: la información debe tener un grado de profundidad y de rigor acorde con el nivel académico o profesional del usuario, utilizando un lenguaje claro y preciso.
Algunos ejemplos de fuentes confiables para sustentar los argumentos son:
- Las publicaciones académicas, como libros, revistas, artículos o tesis, que han pasado por un proceso de revisión por pares o por expertos antes de su publicación.
- Las bases de datos científicas, como Scopus, Web of Science o SciELO, que ofrecen acceso a información especializada y actualizada en diferentes disciplinas y áreas del conocimiento.
- Las instituciones oficiales, como organismos gubernamentales, universidades o centros de investigación, que generan y difunden información de interés público o social, con rigor y transparencia.
- Las organizaciones internacionales, como la ONU, la UNESCO o la OMS, que proporcionan información sobre temas globales o regionales, con una visión amplia y diversa.
Para evaluar la confiabilidad de las fuentes de información en Internet, se pueden utilizar algunos indicadores o herramientas que ayuden a identificar y valorar la calidad de la información y de los sitios web. Algunos de estos indicadores o herramientas son:
- El dominio: es la parte final de la dirección web que indica el tipo o la procedencia de la fuente. Por ejemplo, .edu indica que se trata de una fuente educativa, .org indica que se trata de una organización sin fines de lucro, .gov indica que se trata de una fuente gubernamental, etc. Estos dominios suelen ser más confiables que otros como .com o .net, que pueden tener fines comerciales o publicitarios.
- El autor: es la persona o entidad responsable de crear o publicar la información. Se debe verificar su nombre, sus credenciales, su afiliación y su contacto. También se puede buscar más información sobre el autor en otras fuentes o consultar su reputación académica o profesional.
- La fecha: es el momento en que se publicó o actualizó la información. Se debe comprobar si la información está vigente o si ha sido superada por nuevos hallazgos o acontecimientos. También se debe tener en cuenta el periodo de tiempo que abarca la información y si es adecuado para el tema de trabajo.
- El contenido: es el conjunto de datos, hechos, ideas u opiniones que se presentan en la fuente. Se debe analizar si el contenido es relevante, preciso, completo y coherente con el tema de trabajo. También se debe verificar si el contenido está respaldado por evidencias, citas o referencias a otras fuentes confiables. Además, se debe evaluar si el contenido tiene un tono objetivo e imparcial o si muestra algún tipo de sesgo o intención persuasiva.
- El diseño: es la forma en que se presenta y organiza la información en la fuente. Se debe observar si el diseño es claro, atractivo y fácil de navegar. También se debe comprobar si el diseño respeta las normas de accesibilidad, usabilidad y seguridad. Asimismo, se debe evitar las fuentes que contengan errores ortográficos, gramaticales o sintácticos, así como las que tengan publicidad excesiva o invasiva.
Si quieres saber más, puedes consultar la fuente que se menciona a continuación
Criterios para evaluar la calidad de las fuentes de información en Internet.

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